Regalos

Estoy aquí, al lado de mi sombra, añorante,
a veces infeliz, a veces tierno.
Estoy dejando al pensamiento asirse y enredarse... en tu recuerdo.
He de abrigar el paso del injusto,
a veces,
sofocante tiempo,
volando entre tus brazos, irreales
espero,
siempre espero los sonidos, los olvidados sueños,
las hojas melancólicas que mi niñez despiertan.
Ciego,
sigo esperando lo ignorado que brote de la nada y luz arroje
bella o venenosa.
Aquella luna fría errando cada noche
que la flor tímida acierta a enamorar es la mujer huidiza,
es la vida insondable que nos une. Ciertamente,
tu vives en mis ojos,
a veces,
y la palabra es hueca,
vacía, comparada a sus claros destellos amorosos.
Y esta sensación vana que hiere y contamina la belleza,
que reaparece súbita arando la existencia,
importante, como muerte o amor,
enseñando los dientes que la pasión afila.
Unidos por la ausencia que desnuda la espiga del amor ceniciento,
crezco con tu recuerdo,
y al tiempo lo imposible se hace cierto pues menguo en tu silencio.

*Este impresionante poema me lo enviò un amigo, su nombre es Àngel F. y querìa compartirlo porque ademàs de parecerme precioso, ha sido un gran gesto que lo haya compartido conmigo.